Desde su independencia, Colombia se ha visto envuelta en una serie de conflictos de raíz política. Guerras civiles se han desencadenado a lo largo de su historia, y podemos situar a dos personajes políticos en el ojo del huracán, el partido conservador y el liberal.
Los partidos tradicionales de Colombia han estado en un continuo conflicto, y aunque no siempre físico y bélico, han logrado alentar el proceso de desarrollo de Colombia. Que mejor ejemplo que la mayoría del siglo XIX, periodo en donde se establecieron variedad de constituciones que reiniciaban todo progreso logrado con la anterior. Gobiernos conservadores eran reemplazados por gobiernos liberales y se implantaba una constitución liberal que estuviera de acuerdo al nuevo gobierno; existía una situación en donde al posicionarse el partido opuesto en el poder, se implementaba una constitución completamente contraria. Así, la nación se vio envuelta en medio de un constante cambio entre constituciones, lo que llevó a un cortado y lento desarrollo.
Sin embargo, en 1886 Rafael Núñez proclamaría la constitución que duraría 105 años, en donde Estados Unidos de Colombia dejaría de existir para convertirse en la República de Colombia y pasaría de ser un estado federalista a uno centralista. Aunque esta constitución fue conservada y respetada por ambos partidos políticos (atravesando sin embargo, una seria de reformas), no logró impedir que se desatara una cruel disputa entre ambos partidos.
El conflicto bipartidista alcanzaría su peor momento a mediados del siglo XX, época que fue designada La Violencia. A raíz de el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y el Bogotazo, la violencia entre partidos llegó a su clímax y se desencadenaron varios movimientos guerrilleros que iban contra el gobierno del conservador Laureano Gómez. Durante estos años hubo una gran cantidad de víctimas del conflicto, hasta que el General Rojas Pinilla lleva a cabo un golpe de estado en 1953. Su gobierno logra apacigüar un poco el conflicto y logra el desarme de diversas guerrillas a través de una amnistía.
Rojas Pinilla adquirió popularidad a través de los años, y formo un partido político independiente llamado Alianza Nacional Popular (ANAPO). Los partidos tradicionales, que en un principio apoyaban el régimen de Rojas Pinilla, se sintieron amenazados y decidieron acabar con tal régimen.
Para llevar a cabo esto, se reunieron en España y firmaron la declaración de Benidorm en donde criticaban la administración de su régimen y pedían su renuncia. Esta declaración fue ratificada con el Pacto de Sitges, documento que también describía los pasos a tomar después del régimen.
En 1958 se establece el Frente Nacional, una coalición política entre los partidos tradicionales de Colombia, el partido liberal y el partido conservador, en donde se turnarían el poder cada cuatro años por dieciséis años. Se repartirían los cargos públicos equitativamente (50/50) a través de los cuatros periodos de presidencia.
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| Diario que muestra la victoria del conservador Guillermo León Valencia, segundo presidente electo del Frente Nacional. |
